Si le preguntas a algun cinefilo sobre su director favorito seguramente recibiras por respuesta nombres como Stanley Kubrick o Alfred Hitchcock. Los hypsters se iran por nombres mas exóticos como François Ozon o Lynne Ramsay, los mas intelectuales por Wim Wenders o Werner Herzog. Y vaya que la lista puede extenderse bastante pasando por Chaplin, Coppolla o por Chan-wook Park.
Hoy después de casi ahogarme de la risa por reaccionar ante una pequeña gesticulación de una actriz completamente desconocida en una insignificante escena de una comedia de media tabla Hollywoodense llamada Housesitter de 1992 me he dado cuenta que siempre he admirado en demasía al director inglés Frank Oz.
Bueno y es que Frank Oz es Yoda que mas se puede pedir.
Entre Stuart Freeborn y su impecable arte al haber esculpido la cara de Yoda con un realismo abrumador, Irvin Kershner y su detallada dirección, Gary Kurtz y su claridad mental, y bueno, quisiera pero no puedo dejar de mencionar a Lucas por haber concebido al personaje, todos ellos colaboraron para crear al pequeño maestro Jedi. Pero sobretodo Frank Oz porque gracias a él y a su increíble talento, una marioneta de hule espuma y alambre cobró vida y se convirtió en el ser mas vivo y mas sabio de toda la galaxia.
Frank Oz como el maestro Yoda. |
El sentido del humor de este hombre y de su amigo Jim Henson hicieron que riera como loco durante toda mi niñez gracias a las locas ocurrencias de la rana René
Oz manejando a Miss Piggy. |
y compañía. Yo no aprendí a contar con el Conde Contar pero que divertido era ver a monstruo come-galletas delirar por un plato de galletas con chispas de chocolate o a Enrique preguntarle a Beto si sabia donde estaba su patito de hule. No se si el concepto de arriba y abajo lo aprendí con Archibaldo ( Grover en inglés) pero de que era divertidisimo verlo eso sin duda. Archibaldo, el Monstruo Come-galletas y Beto eran manejados por Oz.
En el Show de los Muppets ver a Rowlf el perro tocar el piano mientras algo raro pasaba a su alrededor, era mi adoración. Y ya ni hablar de mi personaje favorito el Chef Sueco, cocinando algún juego de palabras o la banda del Doctor Diente, la Electric Mayhem donde Oz daba vida a Animal. El también manejaba y daba voz a el Oso Fozzy, a Miss Piggy y al aguila Sam. El Show de los Muppets era la pura onda.
Luego de reír como orate con los Muppets tanto en la tele como en sus películas vino en 1982 una película que hoy en día sigue maravillándome por lo extremadamente fino de su manufactura y que sigo admirando como una verdadera obra de arte.
La ominosa música de Trevor Jones abre la narración de una película donde todo, hasta el mas mínimo detalle fue cuidadosamente diseñado.
"En otro mundo, en otro tiempo, en la era de las maravillas"...así empieza El Cristal Encantado.
Este prodigio de película fue co-dirigida entre Jim Henson y Frank Oz. Es una absoluta belleza producto del mas brillante proceso creativo y de la mas refinada técnica especializada. Es una joya bajo cualquier punto de vista.
Para estas alturas del partido yo ya tenía a Frank Oz subido en el mas alto de los pedestales de mi admiración y mi respeto.
Sin embargo a pesar de todo lo que acabo de mencionar y de que Oz es sin lugar a dudas un talentosisismo marionetero, actor de doblaje y sin duda un excelente director, no es por esto que tengo una rara predilección por su trabajo hoy en día.
En realidad aprecio mucho las comedias que ha dirigido por un raro y muy especifico sentido del humor con el cual hago una conexión muy particular y muy personal.
Cuando me dispuse a ver la película de comedia Que tal Bob de 1991 yo no sabía que esperar. A sus actores los conocía bien, a Bill Murray lo conocía por supuesto por los Cazafantasmas, a Richard Dreyfuss por Encuentros Cercanos y Tiburón por lo cual esperaba pasarla bien pero nunca imagine por ningún motivo reírme como me he reído.
Quienes hayan visto esta película a lo mejor dirán que no es para tanto, que es buena pero no como para escribir en un blog sobre de ella ni mucho menos. La cuestión es que hay un humor especial en los mas pequeños detalles que yo disfruto mucho. Diálogos como: "Hay dos tipos de personas en el mundo, aquellos a quienes les gusta Niel Diamod y quienes lo odian. Mi ex-esposa lo adora." O situaciones como la de los vecinos que quieren ver muerto al personaje de Dreyfuss porque les ganó la casa de sus sueños, o que el psiquiatra hable con su hija usando marionetas. Hay que vivir rodeado de psicólogos para disfrutar algunos de esos detalles o cuando el doctor tira accidentalmente a su hijo, Sigmund, al agua y que este le grita "¡Asesino!", son cosas que me quiebran de la risa. El simple hecho de que el hijo del psiquiatra de llame Sigmund.
Bill Murray en esta película luce como pez en el agua, su estilo particular nacido en las entrañas de Saturday Night Live cobra una dinámica demencial en el personaje de Bob Weily un obsesivo compulsivo que le tiene fobia a todo y que le hace la vida de cuadritos al personaje de Dreyfuss. ¿No suena como un papel perfecto para Murray?
Richard Dreyfuss y Bill Murray en una escena de Que tal Bob.1991 |
Bueno y la cosa es que este disparate de película escrita por el talentoso Alvin Sargent, escritor responsable de guiones como le de El sorpendente Hombre Araña del 1012, fue dirigido con maestría humorística por Oz.
Al año siguiente Frank Oz dirigió a Goldie Hawn y a Steve Martin en Housesitters, nuevamente usando el recurso de un personaje alocado y casi enfermo mental que le hace la vida imposible a otro que supuestamente es ecuánime y centrado. En este caso es la mentirosa patológica de Goldie Hawn quien le hace ver su suerte al pobre de Steve Martin.
Otra vez se trata de una película que mucha gente no podrá disfrutar por esa necesidad de contar con un humor muy particular que permite detectar ciertos detalles casi imperceptibles que suceden en pantalla.
Luego llegamos a la que considero la obra maestra humorística de Frank Oz.
Bowfinger, el director chiflado de 1999.
Actúan entre muchos otros actores Steve Martin, Eddie Murphy, Heather Graham, Kristine Baranski, Terence Stamp y Robert Downey Jr.
Un director de cine sin talento, sin escrúpulos y sin un solo centavo, pero, con una resolución a prueba de todo, quiere filmar una película de ciencia ficción con un actor de acción muy famoso pero sin contratarlo y mas aun sin que él lo sepa.
La escena cumbre de toda la comedia de Frank Oz creo que es cuando para conseguir una escena de acción Bowfinger, el personaje de Steve Martin, le pide a uno de los dos personajes interpretados por Murphy que debe atravesar caminando una vía rápida llena de autos que van a gran velocidad, pues lo convence de que todos los conductores son extras entrenados y que nada malo le puede pasar, cuando en realidad se trata simplemente de gente común y corriente manejando a toda velocidad sobre la autopista y su vida corre todo el peligro posible.
Es una escena genial sobretodo porque cuando Murphy logra atravesar por pura suerte sin que lo maten, Bowfinger le pide que lo vuelva a hacer de favor, pues necesitan otra toma.
Martin y Murphy |
Frank Oz principalmente por haber dado vida al maestro Yoda siempre tendrá mi admiración y respeto.
Sin embargo ha sido por su tipo de humor muy especial que he seguido su trabajo todos estos años.
Por lo cual aquellos que sientan que tienen un buen sentido del humor amplio y sin ataduras y que no hayan visto estas películas, les recomiendo que las vean. Por lo menos una carcajada les habrán de sacar y seguro van a sonreír.
Una loa al marionetero, director, actor y maestro Jedi.
Frank Oz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario